domingo, 2 de noviembre de 2014

Otra historia de la revuelta del 2006



El movimiento político-social del 2006, provocado por el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, no sólo afectó gravemente a la economía de la capital de Oaxaca, sino que además permitió a muchos actores políticos ocultar el saqueo a las arcas estatales y el abuso de autoridad para el enriquecimiento de quienes fungieron como servidores públicos el sexenio anterior.


Para nadie es un secreto que bajo el cobijo de Ruiz Ortiz, sus allegados se repartieron el pastel, aprovechando al máximo el presupuesto estatal y obteniendo la mayor ventaja posible. Residencias, empresas, cuentas de banco, hoteles, medios de comunicación, están enlistados en los beneficios que obtuvieron exfuncionarios como Bulmaro Rito Salinas.






Sin embargo, pocos saben del saqueo de miles de hectáreas del paraje El Secreto en Copalita, cerca de Huatulco, donde a través de la supuesta “pérdida” de libros del Registro Público de la Propiedad, fueron falsificadas escrituras de propiedad, despojando a los ejidatarios de las tierras que les correspondían por decreto.


Estos documentos fueron puestos a nombre de Agustín Pumarejo, personaje que durante muchos años con la omisión –o complicidad- de las autoridades hizo de la supuesta conservación de las playas, un negocio.




Los documentos apócrifos que pretenden otorgar certeza jurídica al robo de estas tierras fueron introducidos al Registro Público de la Propiedad, donde existen copias de ésta y otras invasiones a terrenos donados por FONATUR, así como de la entrega de permisos de construcción en zonas protegidas, como playa Arrocito, donde existen condominios residenciales que engrosan la fortuna del oriundo de Chalcatongo.


Estos hechos no cuentan en la memoria colectiva como tal, pero seguramente los oaxaqueños recuerdan la quema del Tribunal de Justicia en la calle de Independencia, precisamente en estos acontecimientos, también se quemaron libros que evidenciaban la corrupción y saqueo ocurrido durante los primeros años del sexenio y se construyeron nuevas evidencias que ayudarían a preparar el camino para los siguientes años.


Poco a poco han ido saliendo a la luz, las prácticas de abuso y los robos que se cometieron descaradamente durante el gobierno anterior; una situación que pretende repetirse a través de personajes como Eviel Pérez Magaña o Héctor Pablo Ramírez Leyva, quienes, se dice, siguen siendo las cartas fuertes de Ulises Ruiz para ocupar la gubernatura.


Después de todo, Ramírez Leyva y Pérez Magaña fueron parte de esa burbuja que recibió beneficios y que conocieron las técnicas y prácticas para inculpar a otros de los desfalcos y protegerse de cualquier acusación. Hoy desde su curúl y plataforma federal, son al final del día, alumnos que podrían superar al maestro.


Pobre Oaxaca.

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