martes, 10 de febrero de 2015

Hay quienes ven la paja en el ojo ajeno, y no la miran en el propio.

Plumín de Oaxaca

Esteban Rubio

 

Gran alharaca mediática ha generado el último golpe político perpetrado desde el New York Times  en contra de José Murat, uno de los más trascendentales hacedores de política de altura.
 
Estas acciones gestadas en el seno del grupo que ha golpeado a los más cercanos al presidente Peña y al que se añade el enemigo número uno de Murat: URO; busca seguir abonando al desprestigio de la clase gobernante con miras al proceso electoral que está por definir la integración de la cámara de diputados federales, pero en el caso específico que nos ocupa, no sólo golpea al presidente Peña vía el Pacto por México, del cual Murat fue el principal operador, también busca descarrilar al cachorro Alejandro Murat en la carrera por la gubernatura de Oaxaca, la cual ya tiene prácticamente ganada.

 

Es un hecho que el tener propiedades no es un delito, lo que buscan los enemigos es tratar de dejar en el ánimo del electorado la duda de sí los recursos fueron o no bien habidos. 

 

¿Y el hospital SEDNA apa’?

 



Lo que llama la atención es que sin ir tan lejos, acá cerquita en el número 5246 de avenida Periférico Sur, colonia Pedregal de Carrasco (zona exclusiva del Distrito Federal) hay un garbanzo “de a libra” en cuanto a corrupción que se ha mantenido bajo el agua: el lujoso hospital Sedna, propiedad de la familia Ruiz Salinas, que está valuado en más de 3 mil millones de pesos. http://hospitalsedna.mx

 

De acuerdo con una serie de denuncias, este changarrito de un exgobernador y su familia, fue equipado con recursos de la Secretaría de Salud durante la administración de su propietario.

 

Podríamos abundar más en aquél claro robo al erario público, que es mucho más relevante que el hecho de que exista una empresa de bienes raíces en donde la hija de Murat sea la cabeza visible, pues esta situación no es señal de nada, y mucho menos que Murat o alguno de sus otros hijos haya comprado o no bienes en dicha empresa, sobre todo si sabemos que en la familia y en la pareja, hay recursos suficientes para hacerse de varias propiedades sin que ello represente alguna irregularidad.

 

Lo que sí más que una irregularidad es un robo descarado, es el despojo cometido por URO y sus incondicionales a ejidatarios de la costa, a quienes les arrebataron más de 200 hectáreas en la zona de Copalita haciendo uso de documentos apócrifos que fueron firmados por un notario ya fallecido. Pero de este tema, “los periodistas de la verdad” no dicen nada. 

 

De todas luces, es visible que se trata de una artimaña política que busca generar más piedras en el zapato para el presidente Peña y un intento desesperado por quitar popularidad a quien ha ganado de manera agigantada presencia en la entidad y es el único que podría devolver el PRI al Palacio de Gobierno. 

 

El miércoles veremos la dimensión de la infamia que repito tiene detrás la mano de los enemigos del presidente Peña y que seguro traerá a la luz aquellos secretos que sus enemigos aseguran tener bien escondidos. 

 

Mientras son peras o son manzanas, uno de los escribanos del tirano de Chalcatongo, Arturo Soriano, sale con su pluma a evidenciar a Murat. ¿Será que sólo aciertan a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio?

 


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